MINDFULNESS
Depresión y trauma: lo que no sabes (y deberías saber)

Jorge Benito
22 de junio de 2016
Si sufres de trauma o depresión, has de saber que existen sorprendentes avances de vanguardia en el campo de la neurociencia que están revolucionando la forma en que los entendemos y, lo más importante de todo, esta nueva información apunta no solo a sus causas, sino también a las sencillas estrategias que puedes poner en práctica para afrontarlos de forma efectiva.
Si quieres saber qué puedes hacer para salir de ese horrible lugar sin pasar por el despreciable negocio de los fármacos y antidepresivos, este artículo te ayudará a entender muchas cosas y desmitificar muchas otras más.

Neuroplasticidad y neurorigidez
Tal y como muestra la neurociencia, la conectividad y funcionalidad de tu cerebro depende de tus pensamientos.
Las más recientes investigaciones en neurociencia señalan que tu condición psicológica está directamente relacionada con el estado de tu atención. El acto de centrar y enfocar nuestra atención es un importantísimo proceso biológico diseñado para cultivar salud y equilibrio en nuestras vidas: promueve la creación de nuevas conexiones neuronales e incluso el crecimiento de nuevas neuronas, lo que se conoce como neurogénesis, un proceso que no posee limitaciones de edad (contrariamente a lo que muchos piensan).
Dicho esto, entremos de lleno en el tema. ¿Qué es un trauma psicológico? ¿Qué es la depresión? Tanto uno como otro son básicamente una fijación mental. Mientras que el trauma se centra en la rumación de un evento pasado doloroso, la depresión incluye también elaboraciones imaginarias acerca de un futuro potencialmente negativo.
Si has participado en alguna terapia clínica ya sabrás que, durante el proceso, el terapeuta hará todo lo posible, utilizando sus propias herramientas, para ayudarte a mover y/o cambiar el estado de tu atención. Y mientras que hay cada vez más psicólogos clínicos que están ayudando a sus pacientes a participar activa y responsablemente en su propio proceso de sanación a través del desarrollo de habilidades de gestión de la atención, existen todavía muchos otros terapeutas que no lo hacen, lo que suele terminar con el paciente tragando pastillitas de colores (que alteran el estado de su atención de forma antinatural y con innumerables efectos secundarios) en lugar de aprendiendo nuevas habilidades que le permitan hacer frente a la constante opresión mental que el trauma ocasiona.
Veamos cómo opera el trauma en nuestro cerebro, cómo el estado de tu atención es la clave que subyace a este proceso tan indeseable, y cómo la depresión está íntimamente ligada a los mismos procesos mentales.
Si vamos a un nivel aún más básico, podemos definir el trauma de este modo: algo terrible sucedió, y tu atención está anclada en ese evento.
Puede que esto te resulte difícil de digerir, pero las más recientes investigaciones en neurociencia demuestran que has sido tú quien le ha ordenado al cerebro que construya el trauma y el estado depresivo.
El trauma y la depresión no te han creado, sino que tú los has creado a ellos. Tu cerebro solamente está respondiendo a tus órdenes. ¿Cómo, exactamente, has creado esto? Prestando atención al evento pasado o imaginando ese terrible futuro de forma sostenida por períodos increíblemente largos.
Sí, ya sé que tú no quieres nada de esto, y que darías lo que fuera por salir de ese horrible lugar, pero resulta que tu atención está fijada, y no tienes la menor idea de cómo mover o cambiar el estado de tu atención. Y esto es lo más normal: nadie te enseñó. ¡Ni siquiera te dijeron que fuera tan importante! Pero lo cierto es que has pasado tanto tiempo centrando tu atención en aquel evento, pensando y pensando sobre ello durante días, meses o incluso años, que tu cerebro entiende que es ahí donde quieres estar. Sin saberlo, tú le ordenaste mantenerse fijado en el evento y crear el trauma y tu consiguiente estado depresivo.
Veamos cómo funciona. Cuando prestas atención a todos estos pensamientos dolorosos y pierdes tu capacidad para administrar el estado de tu atención, básicamente estás ordenándole a tu cerebro que construya los indeseables circuitos neuronales que te mantendrán fijado en esos pensamientos. Allá donde tu atención se dirige, las neuronas responden al instante. Y al perder el control sobre tu atención, pierdes también tu voluntad y tu capacidad de elegir conscientemente la forma en que respondes ante los eventos (interiores o exteriores) que surgen momento a momento.
¿Atención y voluntad? ¿Qué tienen que ver una con la otra? Todo.
Prestar atención es un acto volitivo. La volición es ni más ni menos que atención voluntaria. La voluntad actúa a través de la atención dirigida, que magnifica, estabiliza, aclara y da predominancia a un pensamiento sobre muchos otros pensamientos. Y al hacer esto, las neuronas que responden a lo que atrae nuestra atención se activan con más fuerza que las activadas en respuesta a la distracción, tal y como muestran las más recientes imágenes de resonancia magnética funcional. El acto de prestar atención contrarresta fisiológicamente las influencias supresoras de las distracciones cercanas, y la voluntad es la virtud que hace posible esta transformación.
El esfuerzo volitivo es el esfuerzo de atención…
El esfuerzo de atención es, por lo tanto, el fenómeno esencial de la voluntad.
Si mantienes tu atención enfocada de forma compulsiva en un evento doloroso (real o imaginario), tu cerebro creará los circuitos neuronales que los doctores etiquetan como trauma y depresión. Cada vez que le prestas atención a algo, tu cerebro da lo mejor de sí mismo para facilitarte que ese algo predomine en tu conciencia, y lo hace creando las constelaciones neuronales apropiadas. En realidad, es un proceso realmente simple y con pleno significado biológico: tu cerebro responde al estado de tu atención. La atención lo es todo. Cada vez que prestamos atención, estamos esculpiendo nuestro cerebro. Esto es lo que llamamos neuroplasticidad autodirigida.
El cerebro responde inevitablemente al estado y el foco de nuestra atención. Si siempre le prestas atención a tu dolor, ese dolor se acaba convirtiendo en correlatos neurales. O dicho de otro modo: el trauma y la depresión no surgen de forma instantánea, sino que son el resultado de un largo proceso en el que tú eres el único responsable (que no culpable).
¿Te preguntas por qué no puedes “escapar” de todos esos pensamientos abrumadores, traumáticos y depresivos que te golpean una y otra vez sin que tengas ningún control sobre ellos? La respuesta, según la neurociencia, es categórica: has perdido tu habilidad para controlar tu atención. Quizás es el momento de reclamar tu poder de nuevo, y la atención plena es la respuesta que buscas, tal y como demuestran los miles de estudios científicos y ensayos clínicos que existen en este campo.
Todos los seres humanos tenemos, sin excepción, la capacidad de aprender a enfocar y dirigir nuestra atención y gestionar hábilmente nuestra reactividad a lo que sucede, lo que tiene un impacto en nuestro cerebro de forma inmediata. Literalmente. Los cambios suceden en tiempo real. Puedes empezar a modificar e incuso eliminar las rutas neuronales del trauma ahora mismo.
¿Cómo hacer esto?
Empieza con lo más básico. Dale nuevas órdenes a tu cerebro. Empieza, sin demora, a entrenar tu atención (y tu voluntad). Practica una técnica de monitorización introspectiva de foco abierto como el mindfulness o atención plena. Si no participas de forma consciente y responsable en tu propia sanación a través de la práctica diaria y continuada, créeme, alguien más vendrá a decirte que la solución es convertirte en un tragapastillas.
Autor
Jorge Benito
Director de Mindfulness Exercises, investigador científico independiente, estudiante de neurociencia (HarvardX – Harvard online training), escritor, ilustrador, diseñador y meditador experimentado, Jorge Benito es co-autor del libro “Educar para Sanar: Ciencia y Conciencia del Nuevo Paradigma Educativo”, creador del programa “Mindful Education-Educación Consciente” y tutor en el Curso Online de Atención Plena. También publica regularmente en prestigiosas revistas online como PsyCiencia y colabora en el desarrollo de una nueva tecnología de neurofeedback.
Puedes leer algunos de sus artículos visitando nuestra sección de recursos GRATUITOS de atención plena (click aquí).
muy buen articulo muy interesante !!!!
Muy bueno e interesante el artículo… A mi me paso el año pasado con el fallecimiento de mi padre mi mente se enfocaba en el hecho y todos los momentos previos y con ello todos sentimientos de angustia que me llevaron a un estado de depresión… Hoy estoy mucho mejor porque pude darme cuenta que debía dejar de pensar en ese hecho tan doloroso y no para olvidar sino para seguir con mi vida y no caer enferma…
Bueno artículo. Entiendo que este «nuevo» punto de vista es interesante sobretodo porque la ciencia venía diciendo que el cuerpo, la mente y las emociones no están relacionados. Pero pienso que muchas veces para superar el malestar emocional, más que solamente intentar cambiar nuestra percepción y nuestras emociones, también hay que cambiar cosas de afuera. Si estoy experimentando un trauma hay algo que necesito hacer hacia fuera: poner límites, quejarme, lo que sea, pero no solamente volverme más zen o mindfulness para que nada de lo que ocurre me afecte..
Buenisimo. Jorge gracias la lectura del día de hoy me aclararon varios conceptos si los traumas me cuesta soltarlo y se repitieron varias veces gracias
Hola Jorge ! Muy bueno el informe..
Para mi estar con depresión es como estar dormido pero despierto perdiendote del presente. Pero llega un momento en el que te tenes que dar cuenta que la vida no es solo tus traumas..que hay algo más valioso que es valorar que estanos vivos y disfrutar del presente..
Un abrazo Jorge
una vision interesante y profunda del trauma y la depresion.- Una pena que los que terminan como «tragapastillas» normalmente lo hacen inducidos por sus terapeutas que defienden un negocio y no una solucion.- Gracias por el aporte.-
Excelente, de muy fácil comprension
Pablo, muy claro el concepto. Como camino a mi depresion, no es externa. Por que pienso en lo negativo? Porque me bajoneo y periodicamente me veo tratando de salir sin proponerlo. Mi interior trata de ser mas fuerte que mi debilidad. Estoy vivo. Tengo que creer en mi.!! Se puede. Gracias.
EXCELENTE QUIEN LO PADECE LO ENTIENDE PERFECTAMENTE GRACIAS